martes, 3 de agosto de 2010

Proceso

Recuerdo que, de joven, me gustaban las mujeres...
lo que no recuerdo es por qué.

Me quedé perplejo hacia mayo o junio de 2009, al percibir que no recordaba el nombre de un medicamento. Lo busqué en Internet, y lo hallé. Pensé que era algo normal.

Pero, a los dos días,  no lo recordaba. Lo busqué en Internet y en Google me apareció la búsqueda anterior. Tampoco la recordaba.

Pensé en las dudas que me aparecían ante según qué pacientes si mis colaboradores no me facilitaban la historia clínica antes de empezar las visitas. Me costaba mucho reconocer y ubicar a las personas.

Al dar explicaciones, todo iba bien si soltaba uno de mis discursos de siempre. Mi memoria remota sigue siendo buena. Pero me "faltaban palabras" si pretendía explicar algo nuevo. Tampoco hallaba buenos sinónimos. Lo tapaba con malas metáforas que resultaban confusas, incluso para mí mismo.

Mi mujer me dijo que hacía meses que me pasaban estas cosas, y que me ponía muy irritable cuando me pasaba alguna, o no localizaban rápidamente una historia clínica traspapelada.

Me han diagnosticado un proceso cognitivo secundario a problemas vasculares. Microhemorragias, posiblementeligedas a mi diabetes. Las cosas son como son. Hay que joderse.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Aguirre y su hijo de puta.


No me parece mal que la Esperanza Aguirre hable con claridad de un presunto enemigo llamándole "hijo de puta". Me encaja con la catadura que le presumo a la señora. Me da un poco de pena que, al dar explicaciones, diga que no se refería a Gallardón sino a "un consejero" de Cajamadrid que no tiene a bien nombrar. Con ello todos los consejeros pueden darse por aludidos. La dama de hierro madrileña queda, al cabo, con el metal algo herrumbrado, o sea, con orín, es decir, orinado. Perdió una ocasión para demostrar su dureza, y exhibió resquebrajos y debilidades en sus (pretendidas) agallas.

Excusatio non petita acusatio manifesta. O sea: excusarse sin que te lo pidan equivale a una acusación, una patada en tus propias partes dolorosas.

El número de los necios es infinito. Creo que esta frase  sale en el Eclesiastés, aunque también se le atribuye a Cicerón. Los catalanes (malas gentes) decimos que "si los hijos de puta volasen, a veces no veríamos la luz del sol". Donde pone hijos de puta pongan incultos, estultos, necios, ignotos, socialistas o salesianos, según querencias.

En conseller Huguet, creo que, en Cataluña, ostenta el equivalente a un ministerio de comercio y turismo (quizá alguna otra prebenda). No es socialista sino de Esquerra Republicana, partido que, junto a los llamados ecosocialistas y los socialistas montillanos, perpetran el llamado tripartito (triparida para los amigos). El Huguet, también en plan tonto con iniciativa, habló por un micrófono que no tocaba diciendo que el proyecto de JJOO invernales para Barcelona era una fantasmada del alcalde Hereu, condenada al fracaso y basada en el descrédito electoral del malhadado munícipe.

Las excusas del Huguet fueron más demoledoras que las cóleras de Aguirre. Dice que "lo que dice como persona humana (o sea, su pensamiento verdadero) no es relevante por cuanto, como conseller, se solidariza con la fantasmada y su consellería luchará a muerte para que siga adelante". Encima, es la consellería (turismo, recuerden) que tiene que poner los dineros para relanzar el demolido prestigio del alcalde barcelonés, como sus ancestros tocado (y untado) por las cuentas grancapitanescas del Forum, los trapicheos urbanísticos de Diagonal Mar (rezo cada día a San Garzón para que se acuerde de estos asuntos en su reino) y el deterioro prostituyente de la antaño ciudad archivo de la cortesía, hoy de la orina y del semen, a la par que meca de cualquier carterista que se precie.

El señor Huguet huele a muerto (político) como el tripartito al completo. Pero creo que ADMITIR, como ha hecho, que el compromiso público conlleva mentir como un bellaco, traicionar sus convicciones y, por tanto, estafar a sus correligionarios y cofrades, besar el culo a sus enemigos (para darles por el mismo lugar a la que se descuiden) no deja se ser el único acto noble de toda la historia. Admitirlo es lo estimable;  no hacerlo, por supuesto,  que es innoble y despreciable.

Debe de haber muchos políticos sinvergüenzas, desahogados, venales o, simplemente, imbéciles. El Sr. Huguet tiene el mérito de (siendo algo -o todo- de lo dicho) reconocerlo. "Soy un hipócrita de cojones y miento más que aúllo", viene a decir. "Hago lo que no pienso y en lo que no creo. Pero lo hago institucionalmente. Créanme o no. Qué más da."

Para eso, en lugar de un señor calvo y con perilla, serviría un ordenador y, si mucho me apuran, un gato con botas o un asno catalán. Se le programa lo "correcto", y se desestiman sus cuelgues, maullidos o rebuznos. Estos últimos no serían tan dolosos como los del llamado Huguet ni requerirían después explicaciones bufas. La gente como yo no se descojonaría (siempre es divertido), pero apreciaría la ingenua pureza, ineludible e incondicional,  de los referidos animales irracionales o la neutra insustancialidad de la computadora.

He aquí como extremos políticos pueden tocarse. Huguet y Aguirre, pecadores de la pradera. maledicentes de sus copartícipes y coincidentes en presentar excusas malolientes y atroces por inadmisibles e increíbles.

Cuando lo correcto, en estos casos, es lo que se recomienda cuando a alguien se le escapa un pedo ruidoso: máximo decir "Perdón" o, acaso, disimular y oler para otro lado.

domingo, 3 de enero de 2010

Mis perros mejor tratados que yo



Siguiendo las recomendaciones de mi veterinario de siempre, llevé los perros a la residencia "Can Jané" para que pasaran allí los días de Navidad mientras nosotros estábamos en Normandía.

La residencia es agradable y sus gentes me habían parecido  amables y entregadas a los animales. Pero (y créanme que temo esta palabra "Pero...") todo se torció el día de la recogida.

Avisé que pasaríamos el día 29, después de comer, para recoger a los bóxers. Llegamos allí a las 2.30 de la tarde. En la puerta (reja que separaba el aparcamiento del jardín de la Residencia) un cartel que indicaba "Abierto" y "Llamen al timbre". Así obramos.

Una señorita apareció en el camino y se frenó a unos 6 metros. Desde la distancia preguntó qué queríamos. El diálogo fue escueto y resolutivo: "Recoger a los perros".  "No se puede, está cerrado hasta las cuatro."  " No hay cartel."  "Son las normas."

Expliqué mi desconocimiento de las normas, quizá porque no me las habían comunicado bien. En la página WEB el presunto aviso de horarios queda encubierto por los elegantes elementos de diseño (ver arriba).

Las normas eran implacables, me explicó la joven. De 1 a 4 de la tarde, ellos están allí pero descansando. No me iban a sacar los perros. Aparte, el dueño estaba en una comida de trabajo y no le iban a importunar.

Fui inquirido con preguntas retóricas acerca de qué me parecería si a mí me avisasen unos clientes a las siete de la mañana, o si me atrevería a ir al Corte Inglés a las doce de la noche. Las respuestas no son retóricas: me gano la vida con mi trabajo (médico) y si hay una urgencia a las siete de la mañana, la atiendo. No soy tan idiota como debo de parecer y, por supuesto, no iría al Corte Inglés (sino al Opencor) fuera de horas. Nada a ver con mi intención de que mis perros me fueran devueltos, tal como telefónicamente habíamos acordado.

Expuse mi esperanza en que las personas fueran más importantes que las normas y que me devolvieran los perros, aún fuera de horas. Que no se trata así a los clientes (si se quiere conservarlos).

La señorita fue hacia adentro llorando, y nos envió a su protectora madre, que nos puso a caldo. Me llamó prepotente y otras lindezas e insistió en que las normas son las normas, que ellos estaban ya cansados y que tenían 6000 clientes  agradecidos que nunca reclamaban nada. Que no me perdonaba que hiciese llorar a la nena. (Entre otras consideraciones, la nena tiene derecho a llorar tanto como quiera sin mi ayuda; nadie hace llorar a nadie; es quien llora que elige llorar porque no asume que las cosas son como son y le parece que llorar arreglará algo. Lástima que la realidad es tozuda y, a veces, un poco amarga).

Creí ver  que la finalidad de la señora (su "beneficio") era simplemente mantener su cuota de poder y demostrar que allí se hace lo que ella dice. Jugué un poco con ella a la lucha de poder y dí a entender que pagaría lo que fuese si me daban los perros. La palabra "dinero" le cambió la mirada y tuvo un atisbo de duda. Me llamó más cosas agradables.

Me dejé decir (creo que cada cual puede decir lo que quiera mientras no me atice) pues comprendí que (a cambio) me iban a dar los perros. Me hicieron pasar, pagar en efectivo (ningún problema; siempre lo hago) y ser advertido de no llamarles jamás para dejar allí a mis perros. Admonición inútil, que no pensaba hacerlo. Me cobraron 20 € de más en razón de haber precisado cuidador especial. Allá películas. Más dinero me cuesta la hora de trabajo.

Llegó el dueño, marido y padre de las amables recepcionistas. Nos dio los perros y estuvo muy razonable y educado. No le habrían informado puntualmente del suceso y no entendía lo que había pasado. Decía que claro que me daban los perros y que no me iban hacer esperar. Marché rápido; al cabo había perdido solo media hora, y no la hora y media que las normas exigían. No quiero pensar cómo acabaría la trifulca en familia. No me interesan sus normas, aunque lo siento por el buen hombre.

Los perros, estupendos. Se les veía bien cuidados. Sus problemas de salud habían sido resueltos con presteza y, tres días antes, me habían llamado para consultarme un detalle acerca de la medicación.

Qué gente más amable, había pensado  yo. La  ausencia de pragmatismo tiene esos gajes: si alguien piensa que "las normas" son más importantes que las personas, o que "demostrar su poder" es mejor que prestar un servicio a los clientes, pasan esas cosas. El trabajo puede estar bien hecho. El servicio, una birria.

Las empresas crecen mientras se centran en el servicio. Se estancan cuando se centran en los procesos y las normas. Se pudren cuando se centran en el bien de sus dueños a costa de lo que sea.

Al fin y al cabo, para acabar dándome los perros fuera de sus horas, no hacía falta tanta pejiguera.

Unos días en La Mayenne

La Mayenne es un "département" de Francia, creado en 1970. Incluye zonas de Bretaña, Normandía y del Loire. Su capital administrativa es Laval, y su principal industria es la leche.

Mis consuegros son de Cosé-le-Vivien , más cerca de la Normandía que de otra parte. He pasado la Navidad en su casa. Me he sentido tan bien acogido y tan bien tratado que debo confesar que he sido inmensamente feliz.

He podido cumplir uno de mis sueños: visitar el cementerio americano de los muertos en el desembarco de Normandía. He meditado en la iglesia del Memorial, y he llorado ante sus tumbas.

He hablado con los viejos del lugar, extremadamente cautos ante la historia. Es una zona plagada de silencios y de olvidos. Los alemanes estuvieron unos tres años en sus casas, sin molestar demasiado (Francia ocupada) y fueron ahuyentados por el desembarco americano. Los bombardeos previos (aliados) provocaron 3000 muertos entre los civiles franceses de la zona. No se sintieron muy protegidos por sus libertadores.

Yo, desde muy lejos, agradezco el desembarco y la derrota de los nazis. Mis amigos franceses agradecen que la guerra terminara, tanto da quien ganase o perdiese.

Las cenas de nochebuena son alucinantes: decenas de ostras, salmón ahumado casero y foie gras de Bretaña. sidra autóctona,  vino Gewurstraminer y Sauternes, así como pintadas del Perigord y queso de cincuenta denominaciones distintas.

Visité la Isla de San Michel, bellísima desde lejos. Insoportable desde dentro convertida en parque temático. Interesantísima la zona de las mareas, donde cada año mueren dos o tres cretinos que no acaban de entender la velocidad del tsunami ni la crueldad de las arenas movedizas. Es bella la justicia de la naturaleza.

Lo mejor, la bondad de las gentes, la belleza de la lengua francesa y las brumas atlánticas. Lo peor, la brevedad del viaje. Adoro Normandía.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

La inocentada pilla a Esperanza Aguirre




Ante todo, presento disculpas por el tiempo pasado sin atender el blog. Razones de salud. No quiero acabar el año sin una nueva "entrada". Será bastante inocente.

Según noticia publicada en "20 Minutos" Esperanza Aguirre se creyó un suelto periodístico que anunciaba la retirada de rótulos en los baños del ministerio de "Igualdad" de Bibiana Aído. "Señoras" y "Caballeros" tendrían que compartir espacios para evitar el sexismo que implica la separación de géneros.

La señora Aguirre entró al trapo y comunicó, en su resumen del año 2009, su desacuerdo con la irreal medida.

Ello me plantea dudas retóricas. ¿Sería realmente denigrante el equiparamiento de localidades mingitorias para personas de uno u otro género? ¿Es sexista la distinción?

Tengo para mí que lo importante, en cuanto a baños, se ciñe a los siguientes factores:
  1. Número suficiente en relación con los potenciales usuarios (emplearé, a partir de ahora, el masculino genérico, entendiendo "uno u otro género" salvo que advierta lo contrario.)
  2. Limpieza, lo que requiere buena crianza por parte de los usuarios y suficientes controles y actividades de mantenimiento, así como reposición de consumibles, por parte de los responsables del espacio.
  3. Privanza. Las personas que depongan (aguas mayores, menores o gases) deberían disponer de espacios cerrados. En estos lugares sagrados ni está bien ver, ni ser visto. Puede tratarse de separadores amplios en el caso de urinarios en batería.
  4. Utilidad. Las señoras no suelen orinar de pie, aunque ello sea posible y existan pertrechos que lo permitan. Si no se quieren adaptar los urinarios para hombres, se pueden facilitar este tipo de adaptadores a las féminas para que empleen los receptáculos adosados a las paredes mientras mantienen la verticalidad. No sería mala medida, a la par que igualitaria, la recomendacion de usar tales artefactos a los caballeros prostáticos, de pene escueto o arrugado, o, simplemente, con mala puntería, para evitar salpicaduras y riegos por aspersión en los suelos. Orinar de pie, el los lugares públicos, tiene la ventaja de permitir la multitarea, con muchos "orinandos" en espacios discretos. Caso de no querer acceder a los artefactos (arriba mostrado uno de los existentes en el mercado) se deberá disponer de mucho espacio para ubicar los excusados unipersonales.
En los baños de mujeres suele haber colas. Se debe, probablemente, al número  exiguo de excusados, a la costumbre femenina de orinar sentadas y requerir total privacidad, o a la sociabilidad femenina que impulsa a las féminas a orinar en grupo.y acudir en manada a la llamada de las vejigas. 

También los hombres orinan socialmente, en especial si piensan en las ventajas de una meadita preventiva, siempre prudente aunque no sea estrictamente necesaria. "Picha española no mea sola" reza un refrán. En los baños masculinos se ven, también colas, aunque de distinta naturaleza. Entiéndanme: en los baños masculinos, a las colas se les puede llamar rabo.

El uso conjunto de las instalaciones podría requerir algunas pequeñas adaptaciones (biombos, separadores, etc.), aunque si se fuere a lo puntilloso en el sexismo, se podría prescindir de todo ello. Igualdad total. Las señoras podrán entrever penes (habilidad muy estudiada por los gays) y los caballeros apreciar algún apero excitante en el momento de descubrir las ingles.

Ignoro las razones que han llevado a la crítica de la señora Aguirre. Estoy seguro de que en su despacho presidencial dispone de un baño para ella sola en exclusiva. No debe temer, pues, que el empleo de baños conjuntos para seres de uno u otro género le vaya a exigir el uso de los artilugios para orinar de pie o compartir espacio con, pongamos, el señor Gallardón si ambos sintiesen la apretura al mismo tiempo.

Algunas de mis amigas, ciertamente descocadas, me mostraron en su momento sus habilidades para orinar de pie aplicando presión (con uno o dos dedos) bajo el clítoris para elevar hacia arriba el orificio de la uretra y orinar de pie. Requiere un cierto entrenamiento pero, cuando se domina, es realmente práctico. La  demostración es ciertamente emocionante.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Con las manos en la (extremeña) masa



Noticia en 20 Minutos: Extremadura organiza unos talleres en los que se enseña a los jóvenes a masturbarse. La Junta de Extremadura ha invertido 14.000 euros en esta campaña. Los organizadores aseguran que estos talleres de educación sexual servirán para destronar mitos. Los talleres están organizados por la Junta de Extremadura, a través del Consejo de la Juventud de Extremadura(CJEx) y el Instituto extremeño de la Mujer (IMEx), y van dirigidos a los jóvenes de entre 14 y 17 años.

Mal deben de andar los jóvenes extremeños, de uno y otro sexo, como para no haber aprendido a masturbarse por sí mismos. Pero, como catalán, prefiero callarme para no sentar plaza de sobrado.

La campaña tiene un nombre señalador: 'El placer está en tus manos', que juega con la polisemia del adagio tomado en forma metafórica o literal. La campaña  aspira a fomentar "la autoexploración sexual" y el "autodescubrimiento de nuestro placer". Lo que buscan también los organizadores es destronar mitos como que "los chicos siempre deben llevar la iniciativa" o que "el preservativo corta el rollo".

Me encanta que las sesiones se monten en forma de “taller”. Mis primeros “work shop” (talleres de trabajo) los realicé en la década de los 70, organizados por el Comité de Expertos en Educación de la OMS. Entonces eran novedad absoluta. Me maravillé con el sistema de trabajar, muy activo y por objetivos, con la finalidad clara de que, al acabar el “taller” fuéramos capaces de hacer cosas que antes no podíamos. Se trabajaban tres aspectos: 1) conocimientos, 2) habilidades psicomotrices y 3) motivación.

Los conocimientos necesarios para masturbarse son concretos y no demasiados. Dónde está el pene de los caballeros y la plataforma orgásmica de las chicas (clítoris, capuchón del clítoris, labios menores y tercio externo de la vagina). En las mujeres cabe explicar más aditamentos: monte de venus, culo propiamente dicho, pechos y pezones, cara interna de los muslos (como más útiles) y otros de menor cuantía (cuello, orejas, zona lumbar, etc.) aunque siempre aprovechables, cuando no fructuosos y lucrativos. En media horita te pones al día.

Las habilidades requieren exposición y tacto. En primer lugar el maestro suele hacer lo que se espera que los discípulos aprendan, para que estos miren e imiten. Me imagino que los instructores para chicos tendrán cipotes de medida estándar, para no avergonzar a los niñatos cuyas mingas sean escuetas o escurridas. Deberán también acreditar capacidad para empinarlas con estímulos ad hoc. Si los talleres fueren mixtos, nada mejor para los niños que observar las operaciones de las niñas, cuyas variantes dan mucho juego a la hora de levantar los corazones. También es importante que las culminaciones sean a tiempo mesurado, no precoces (tris tras), ni retrasadas en exceso.

Lo similar cabe decir de las niñas. Mejor agruparlas por pilosidades y contundencia mamaria, más que por edades estrictas. El momento de la menarquia permite muchas variables, y no es conveniente que queden contritas las núbiles tardías. Las profesoras, rasuradas (no al cero, sino al estilo marine americano) deberán tener sus pertrechos adecuados al término medio. Ni vulvas estrechitas, aniñadas, ni abundantes en exhuberantes excrecencias carnosas que vayan a generar agravio. Las enseñantes mostrarán las pertinentes variantes de la benéfica faena (un dedo, varios dedos, clítoris, capuchón, monte de venus, labios menores, etc.) así como el empleo de elementos de apoyo logístico tales como duchas de teléfono o vibradores ergonómicos que no precisen de intromisiones. Algunas de las alumnas pueden ser vírgenes y sus futuros no agradecerán el desvirgamiento, aunque sea mecánico y con fines educativos.

Luego vendrían los trabajos manuales autosuministrados: primera fase imitación, segunda fase control y tercera fase automatismo. Como aprender a poner las marchas del coche.

La educación motivacional no la creo compleja. . Las fases son 1) sensibilización, 2) respuesta y 3) asunción del valor. Demos la motivación por asumidaA estas edades, entre 14 y 17, las hormonas desbocadas permiten que la gente folle, hasta con árboles

Me encantaría asistir a los talleres como consultor senior. Senil, acaso. Pero creo que me abstendré de mandar mi candidatura. La prensa local extremeña señala que 'El placer está en tus manos' está subcontratado a una tienda de artículos eróticos de la comunidad autónoma. Corrupción seguramente, pero no estamos los catalanes para dar lecciones. Ni siquiera a los extremeños.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Peluquerías chinas en Barcelona





Nos crecen los enanos viciosos. "Onanos" les llamaba el maestro José Luis Coll. Además de putas autóctonas, sudamericanas, este-europeas, negritas, tailandesas y japonesas, ahora destacan unas nuevas colaboradores: las chinas que ofician como masajistas ful en las playas de Barcelona y en las peluquerías con 'final feliz'.

En la ciudad aledaña de Santa Coloma hay un 'Chinatown' considerable. Entre sus tiendas destacaban cantidad considerable de peluquerías masculinas. Tantas eran que un paseante ocasional podría pensar que los chinos cuidan sus tocados día sí y otro también. Siempre llenas de señores orientales, más los que seguían turno en la calle.

Negociantes como son estas gentes, extendieron los negocios barberiles por el barrio de Barcelona que, tienda a tienda, buhardilla a buhardilla, tiene la exclusiva de mayoristas de ropitas, perfumes y chucherías de todo a cien, en la parte baja de la derecha del 'Eixample'.

Y subiendo hacia la Diagonal. Vivo en la parte más alta del 'Eixample' derecho, y ya instalaron una peluquería china a 300 m de mi casa.

Alarmados los vecinos por las colas de clientes en la calle, y porque muchos de ellos salían del local abrochándose la bragueta, avisaron a los 'Mossos de Esquadra'. La policía desmanteló, en una tarde, catorce 'peluquerías' donde se servía 'final leliz'.

Bajo este ñoñismo, unas pretendidas masajistas chinas masturbaban al cliente solicitante por un módico precio de 10 euros, que bajaba a cinco tras escaso regateo. Bien es verdad que las oficialas eran talluditas, escasamente sexys y más bien desmañadas, muy  rudas en el toqueteo. Pero la crisis manda, y por cinco eurillos ninguno de los montaraces clientes podría haber conseguido algo mejor.

Los patrones de los salones alegan que ellos no sabían que sus asistentas ordeñaban  en los cuartos de atrás. Que ellos creían que las niñas hacían la manicura. Que les engañaron como a chinos.No sé cómo acabará el enigm
a.

Final feliz supongo.

viernes, 30 de octubre de 2009

Intentos de violación a 100 euros



El segundo monstruo del Eixample  había perseguido a dos niñas que consigueron refugiarse en un portal. al que el acusado intentó entrar golpeando la puerta, aunque finalmente se quedó en la calle masturbándose mientras las miraba fijamente. .El juez de primera instancia le mandó a la cárcel. Pero la Audiencia Provincial de Barcelona, purista, ha considerado los hechos como "vejaciones injustas". Multa de 200 € y a la calle.
Sospecho que, si hay 'vejaciones injustas', también habrá "vejaciones justas". Por cierto, ¿qué son las 'vejaciones justas'?. ¿Es que, en según qué casos, el vejador imparte justicia sin ser juez? ¿Hay que ser juez para aplicar, justamente, las vejaciones? ¿Se refieren sus señorías a algún caso (o juez)  en particular?
Dicen los disccionarios que vejación es la  acción de maltratar a una persona para humillarla y ofenderla. ¿Meneársela (uno mismo) es maltrato? ¿Es ofensa? ¿La menea quien quiere o quien puede?
Ardo en deseos de leer la sentencia completa para analizar los razonamientos jurídicos del caso, a ver si es cierto que se habla de las 'vejaciones injustas'.  Me interesa sobremanera saber ante quién me debo hacer las pajas, y en qué condiciones,  para que  me consideren justiciero.
El Zorro pajillero, o así.

domingo, 25 de octubre de 2009

Estoy excomulgado (gracias a Dios)



Tengo plaza reservada en el infierno.   

En 2000 fui requerido por una paciente para testificar en su proceso de nulidad matrimonial. Tras veintitres años de matrimonio, muy desgraciado, fue ella la que demandó el proceso. El marido era miembro extranumerario del  Opus Dei y estaba en contra de la anulación. Pero, al no poder evitarla, trató de que la causa de nulidad fuera "enfermedad mental de uno de los cónyuges" que constituía un "vicio de consentimiento" al impedir que el cónyuge enfermo hubiera entendido en qué consistía el sacramento. Si esto se demostraba así, el acto matrimonial no habría sido válido y se consideraría nulo.


La mujer, menos ambiciosa, alegaba error al apreciar pretendidas virtudes o cualidadesdel futuro cónyuge antes de casarse. O sea, pensaba que el marido era cariñoso cuando, en realidad, era muy esquinado. O sea, grave error al consentir, lo que también provocaba que el sacramento se considerase nulo.

La esposa, en este caso, era la que tenía el dinero. El marido y sus abogados estaban muy interesados en conseguir la anulación por enfermedad mental, posible primer paso para una futura incapacitación y la declaración del sufrido esposo como tutor legal, o quizá el hijo (de 21 años) aspirante a numerario del Opus Dei.

Mi testimonio revelaba que la mujer padecía depresiones, pero descartaba esquizofrenia u otras patologías que restasen su capacidad dce juicio.

Para excluirme del proceso, no encontraron nada mejor que expurgar mis páginas web y mis publicaciones, donde, entre otras aberraciones, me mostraba firme partidario del uso de preservtivo como método anticonceptivo, especialmente en las relaciones adolescentes.

Recibí un certificado del tribunal eclesiástico cuyo titular, con rango de prelado, declara que, a la vista de mis escritos, yo poseía una moral incompatible con la ética cristiana. Quedaba así excluído de cualquier acto de la santa madre iglesia.

Al cabo declararon nulo el matrimonio a causa de que la mujer no estaba muy fina, aunque sin atreverse a declararla loca de remate. Nueve años después, bien anulado su casorio, sigue soltera y feliz.

Servidor, fuera de la Iglesia católica sin necesidad de apostatar. Ellos se lo pierden.

sábado, 24 de octubre de 2009

¿Obispos mujeres u obispos sarasas?


Obispa

Estos días me han golpeado varias noticias relacionadas con mi antigua religión. Fui excomulgado (o así) el año dos mil; ya lo explicaré en el siguiente post. No me causó tristeza. Cada día estoy más contento por ello, viendo cómo está el actual patio. Ni Monipodio lo tenía tan bien surtido.

Primera: El Vaticano acogerá conversiones en masa de anglicanos cabreados por las derivas liberales de su iglesia. Hay protestantes anglicanos que no aceptan la consagración de mujeres obispos, ni las bodas de homosexuales. Valoran que la iglesia católica jamás permitirá tales perversiones.

Segunda: Muchos de los anglicanos estropajosos son clérigos casados. La secta anglicana no exige celibato a sus sacerdotes y muchos de ellos caen en la trampa que les tiende el instinto. Si ahora se pasan al papismo, van a seguir manteniendo su cuestionable privilegio y, como que los católicos no admiten el divorcio, apechugarán toda la vida. Pero los conservadores anglicanos son así de tozudos, y, a pesar del regalo, están dispuestos a la conversión. Les mantendrán la mamandurria, el sueldo de vicario y las regalías por familia numerosa.O sea, seguirán ejerciendo de sacerdotes. No así los obispos anglicanos tránsfugas, que serán degradados a simples curas de a pie, también casados; no se admiten obispos emparejados. Será porque los papistas saben que mandaría más la señora que el prelado.

Los sacerdotes católicos de siempre, que renunciaron a sus novietas juveniles para ordenarse, sufrirán el agravio comparativo de verse obligados al placer (por llamarle algo) solitario, en comparacióncon los herejes competidores que no necesitan hacerse pajas. Se las hacen. Esto levantará ampollas.

Tercera: Un obispo (católico) de Canadá ha sido detenido por cargar pornografía infantil en su ordenador. El bujarrón episcopal fue pillado en la aduana de un aeropuerto, cuando su ordenador pasó una auditoría casual. En lugar de encíclicas papales aparecieron fotos de menores de edad, penecillo en ristre. Este hombre, Monseñor Lacey, fue responsable, en su momento,  de negociar un acuerdo con decenas de víctimas de abusos sexuales cometidos por religiosos católicos en su diócesis. El acuerdo obligó a la diócesis a pagar 13,8 millones de dólares a las víctimas de abusos que en algunos casos fueron cometidos en 1950.  Lacey será puesto en libertad tras pagar una fianza de 9.000 dólares y el religioso tendrá que mantenerse apartado de  menores... y de parques de juegos infantiles. El ordenador se lo han quedado los agentes de aduanas.


¿Cómo van a soportar los anglicanos reaccionarios tales querencias?  Huyen de los obispos mujeres (obispas, supongo) y caen de lleno en otra secta trufada de pedófilos. Obispo sarasa incluido. Háganse Amish, créanme.

martes, 20 de octubre de 2009

Un punto (o dos) de descoco

El mundo se acaba. Marge Simpson en Play Boy. Alicia Sánchez Camacho en Woman. Antes fue Soraya Sáenz de Santamaría en  El Mundo. Las ministras socialistas en Vogue... ¡Cuánta mujer casta incurriendo en innecesaria, bien que suculenta, exhibición.




No nos engañemos. Si hay que salir sensual y encantadora  han dado más juego las derechas  que las izquierdas. .Las ministras quedaron un si es no es con apariencia de frígidas. Las derechosas aportan mucho valor añadido que se adivina bajo unas poses intencionadamente desvaídas, a lo 'mujer fatal' de aquí te espero. La Camacho sugiere promesas de placeres infinitos, algo sórdidos a poco que se despoje de algunos velos.

Marge Simpson juega con ventaja. En una revista moderadamente guarrilla las reglas del juego son distintas y permiten licencias en las enseñanzas que no imagino en las políticas ibéricas.

El Sr. Rajoy criticó con crueldad  a las ministras socialistas. Calló, en cambio, con su ojito derecho Soraya Sáenz, cuyas piernas incitan a pensar en las columnas del templo esperando un Sansón. No me dirán que su mohín no refiere al que exhiben ciertas niñas viciosillas y morbosas.

Le sugiero al amigo Mariano que alabe los sensuales morritos de la elegante presidenta del PP catalán. No hable para nada de botox ni de silicona. Ya lo hizo un infausto cofrade sobre el que cayeron todas las iras del país de las maravillas. La niña Alicia ya ha amenazado con demandas si alguien insiste. No apostille tampoco la (para mí inquietante) aura de perversidad de su colaboradora más estrecha. Alto riesgo.

Si el líder gallego tiene que hablar de cosas peliagudas, o busca inspiración para tocarse, mejor recurra a la señora Simpson. Gallina (más) vieja hace (también) buen caldo.

domingo, 18 de octubre de 2009

Himen de recambio




Una empresa china, GIGIMO, ubicada en GuangDong (Cantón), pone a la venta en su WEB un producto realmente interesante. Un “simulador de himen” que, colocado a la entrada de la vagina, se desgarra con la penetración remedando el tacto de un himen lacerado in situ, al tiempo que destila “sangre” de tramoya en cantidad adecuada para que el poseedor del pene infractor crea, con orgullo, que es el primer usuario que circula por los santos lugares.

El engendro es una pieza que debe insertarse una hora antes de los festejos en el lugar pertinente. Con la humedad se hincha y se adapta al espacio que lo arropa. Dicen los entendidos que la vagina es un espacio virtual, que se manifiesta cuando los aditamentos satisfactorios se introducen y aposentan, mutando la virtualidad en realidad.





El himen es una especie de certificado de garantía, como un cuenta quilómetros que marca cero mientras el vehículo espera a su primer dueño.


Igual que un vendedor de coches usados truca los contadores de sus tronadas gangas, ciertas señoritas de ingle fácil gustan de zurcir sus rasgaduras a la hora de aportar sus candidaturas a una boda de rumbo con algún panoli de postín.

En las gentes romaníes, no me pillarán llamándoles gitanos, la demostración de la virginidad se encomienda a una “ajuntaora” que, con la asistencia de mujeres de la familia y vecindonas, tienta con una pieza (un cuchillo o un palo, según costumbres rituales) envuelta en un pañuelo con unos pliegues concretos. La rotura del himen (o de lo que sea) produce manchas sanguíneas que, al desplegar el pañuelo, se parecen lejanamente al diseño de tres rosas rojas.

En los países musulmanes un virgo incólume es requisito imprescindible. Ellos no han desarrollado la técnica gitana. Es el marido con su palo natural, nada de pañuelos, el que escarba en busca de impedimento, rotura y sangre. Se ve que el truculento “gadget” chino ha sido descubierto por las mahometanas, las cuales provocan una violenta oleada de paquetes discretos, vía Western Union, que han puesto moscas bajo la nariz de los islámicos burlados.  

Gigimo precisa que la membrana artificial y el líquido "no son tóxicas (...) ni tienen efectos secundarios". En las sociedades musulmanas conservadoras sí los ha tenido. Los Hermanos Musulmanes, un movimiento islamista que copa la cuarta parte de los escaños del Parlamento, y buen un puñado de teólogos e imanes se han movilizado en Egipto para que se prohíba el "kit".

En El Cairo fue Abdel-Moati Bayoumi, del Centro de Investigación Islámica quien emitió una fátua (edito islámico) que condena a los importadores porque "expanden el vicio y animan a las chicas a mantener relaciones ilícitas al saber que pueden "recuperar" su virginidad". El iman Yussef al Badri exige que aquellos que "vendan el himen artificial sean azotados, encarcelados o expulsados del país para que nadie se atreva a seguir su ejemplo".

Yo no me pondría tonto, que el profeta Mohamed (solo Alá es más grande) casó con una viuda. O sea, que eso de la virginidad no debería ser tan imprescindible ni importante. Como católico siempre he visto con indiferencia que mis mujeres no sean vírgenes. Yo tampoco soy San José.