jueves, 15 de octubre de 2009

No nos jodan con Colón





Noticia en “La Vanguardia” de hoy: "Una lengua secreta que explica su español tan incorrecto". Así presenta la web de la Universidad de Georgetown el sorprendente descubrimiento hecho por su profesora Estelle Irizarri: Cristóbal Colón creció bajo el Reinado de Aragón y su lengua materna era el catalán.
Esta teoría no es tan nueva, pero considero que es indignante que sea expuesta de forma tan pública, en un periódico serio y en la Web de una Universidad (Georgetown, Washington DC) tan conspicua que nuestro ínclito Aznar fue allí profesor de política. Bien es verdad que Aznar no cobró por dar sus clases, sino que tuvo que pagar por ello. Y no un precio bajo, porque la minuta incluye la publicidad en periódicos y el acarreo de público espurio contratado para llenar el aforo de las aulas y permitir fotos resultonas.. Si el público es de jubilados o homeless el precio es llevadero, pero una concurrencia de aparentes yuppies puede resultar en un pastón.
Sea como sea, es una universidad cara. No sé que habrán pagado mis coterráneos catalanes para que se publique un trabajo como ese de Colón. Supongo que lo mismo que una clase de Aznar con alumnado de premios Nobel.
Me jodería mucho que Colón resultase catalán.  Él lo omitió cuidadosamente en sus escritos, y bien que hacía, que ya en esas épocas los catalanes eran tenidos por gentes rastreras y egoístas que esquilmaban la bolsa de los mesetarios y perseguían con sus lanzas a quienes osaran hablar el  castellano (la lengua del Imperio) en sus insanos pagos.
Quizá lo hizo para no mancharnos más. Colón no sé de dónde era, ni me importa, pero me consta su inopia y su deslealtad. Llegó  a dónde nunca supo que llegó. Inició la cristinanización de los pobres indígenas, que para nada la habían pedido. Se trajo unos cuantos para enseñarlos como trofeos. Casi mató a sus hombres de hambre y de escorbuto. Se quedó con la recompensa para quien viera primero tierra, pues dijo que él había avizorado la costa desde su ojo de buey antes de que Rodrigo de Triana cantara la noticia. Exigió tantas prebendas y dineros que, a la postre, los Reyes Católicos se enfadaron con él. Acabó peleado con todo el mundo.
Y aún así...Un Colón catalán jamás va a ser aceptado por las instituciones españolas de allende el Ebro. Si hubiera sido gallego, o murciano, tira que te va. Pero catalán no se admitirá. Colón era un cabronazo, pero quizá no tanto como para creerle catalán. Supongo que los catalanes nos hemos ganado trabajosamente el desamor del resto de los españoles, hasta el punto de que muchos de los españoles no nos admiten como tales, a la par que muchos catalanes no se sienten para nada españoles. Yo mismo me siento más ingushio que español; o siberiano que tanto me da.
Ya va bien. Sería interesante que los españoles se declarasen independientes de Cataluña que nosotros, pobrecitos, ya nos arreglaríamos como pudiésemos. Y si no quieren independencias,  allá películas. Los modelos autonómicos dan para bastante (siempre que se arreglen los terroríficos desequilibrios que penalizan a los perversos catalanes).
O sea, que Colón catalán, nada de nada. Se lo regalamos a los genoveses, o a los castellanos, o a quien quiera confitárselo. Los de Georgetown, calladitos, por favor. Incluso les dejamos que se lo queden para ellos. Colón washingtoniano. Y les damos a Aznar como “torna”.
Torna”: barbarismo catalán intraducible que esas gentes emplean para nombrar una especie de “añadidura”, un trozo de carne de mala calidad por ejemplo, que se añade al producto principal (solomillo en este ejemplo)  para completar el peso (bajando el precio).