miércoles, 29 de julio de 2009

Turista farragosa


Sospechosa diabética

Noticia de "20 minutos": Una española enferma en Estambul, y los funcionarios del consulado español se desentienden. Los funcionarios rechazaron adelantar el dinero de los gastos hospitalarios o de la repatriación a pesar de que su estado de salud era muy delicado -según los facultativos- y la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores informa de que "en caso de enfermedad repentina [...] el consulado prestará asistencia" y, "en casos excepcionales [...] se adelantará ayuda económica de carácter reintegrable".

La española tuvo un ataque de diabetes aguda encontrándose en Estambul. Los médicos de allí le recomendaron ponerse en contacto con el consulado español. Así lo hizo ella, pero se encontró con que los funcionarios del consulado no habían leído la web donde informa de sus servicios.

Dependiendo del ministerio de exteriores, los consulados vienen a ser "servidores públicos" que administran los servicios que prestan a sus administrados. En Turkia, la embajada (Ankara) está cubierta por el Sr. Clos (a quienes los barceloneses recordamos bailando salsa sobre un camión acompañando a Charlie Brown). En Estambul hay un consulado donde consideran que los españoles que van de turista son unos pesados, que además de pegarse el lujazo de ir a Turkía, se empèñan en ponerse enfermos y pedir ayuda a los funcionarios consulares.

Tales engendros debieron de mirar a la enferma como lo que era. No una española en apuros. Sino una pesada que iba a estorbarles en su "dolce far lo mínimo" consular. Total, cobran lo mismo a final de mes.

Decidieron hacer lo que mejor saben: Nada.

La española, a joderse, que, entre razones de menor cuantía, era catalana. Si la gente va de vacaciones, que se atengan a las consecuencias. Créanme: no llamen a los consulados a menos que precisen asistencia para el suicidio.