sábado, 16 de mayo de 2009

Absueltos los sanitarios



Noticia de "El País": El jurado popular absolvió ayer a tres trabajadores del centro médico Peracamps de Barcelona acusados de no atender a un bebé al que sus padres habían llevado con fiebre alta, convulsiones y dificultades respiratorias. El tribunal popular les juzgó por un delito de omisión del deber de socorro, ya que en julio de 2007 no atendieron a la niña, de nueve meses, que llegó en brazos de sus padres al servicio de guardia en estado grave, según sostenía la fiscalía.
La primera persona que les atendió esa noche, la recepcionista Gemma M. R., se negó a abrir ficha de entrada al bebé porque el centro no tenía servicio de pediatría y tampoco accedió a proporcionar a los padres una ambulancia para su traslado a otro centro, indicándoles que fueran por sus propios medios al hospital del Mar de Barcelona. Los otros acusados, el médico Eloy B. L. y la enfermera María del Carmen P. L., que no prestaban asistencia médica urgente, tampoco intervinieron.
Ya les dije a Uds. que los "Mossos de Esquadra" son excelentes enemigos, al menos en los juzgados. Entre las palabras de los sanitarios acusados, y el testimonio de los Mossos, el jurado popular concedió más crédito a los primeros.

jueves, 14 de mayo de 2009

Negación de asistencia (1)

Este es el post que publiqué en mi anterior blog (Dudas Existenciales) en diciembre de 2007 acerca del asunto comentado en el anterior artículo. Incluyo las andanadas de la Julieta.

Noticia de La Vanguardia del 4.12.2007, bajo la firma de SANTIAGO TARÍN. “El fiscal quiere llevar a juicio a dos médicos del dispensario de Peracamps, a una enfermera y a una recepcionista del centro y les acusa del delito de omisión del deber de socorro, por no atender a un bebé de nueve meses que tenía convulsiones y que fue trasladado finalmente por un coche de los Mossos d´Esquadra al hospital del Mar.”

No voy a ser yo quien conculque la presunción de inocencia a los médicos, enfermera y recepcionista encausados. Cuando un médico es juzgado, todos los médicos somos un poco juzgados. De manera que mis deseos van por el camino que culmina en la absolución de los acusados y su libranza de las sanciones que el código penal prevé: una pena de multa e inhabilitación especial para cargo público y ejercicio de las profesiones relacionadas con la sanidad.

Desconozco los intríngulis del caso. Solamente sé lo que pone la prensa, lo que se dijo en su día y extractos del auto resuelto por el magistrado Fernández Maillo, uno de los más exquisitos en las redacciones de sus autos, sentencias y resoluciones.


Voy a recrearme en una fantasía malsana. Imaginaré que he soñado lo que, quizá, sucedió aquella noche. Mi sueño, aunque (espero) irreal, cumple las condiciones que permiten aplicar una causa simple a un conjunto de efectos desastrosos. La navaja de Ockam se llama esta figura, aunque, en puridad, debería emplearse únicamente en cohesión con la metodología científica.

Poco podía pensar el escolástico Wilhem de Ockam al definir la ley de la parquedad(parsimony) que gentes desahogadas (como el que escribe) le citarían como justificador de jolgorios y desbarajustes. La ignorancia es atrevida, de modo que la voy a dejar soñando:

Noche de guardia en Peracamps. Lugar inhóspito. Antiguo dispensario reconvertido en centro de Urgencias, en el límite inferior del barrio del Raval (que antes llamábamos con más precisión barrio chino). Antigua zona de putas y maleantes, reconvertida en zona de putas, maleantes, inmigrantes con más de cuarenta etnias, ancianos en el límite de la pobreza, y (por gracia de nuestro ayuntamiento progresista) trufado de hoteles de lujo, museos de lujo, teatros de lujo, descuideros de lujo y orines (de lujo) en las calles.

Al dispensario suelen llegar escorias en mayor o máximo estado de embriaguez, heridos en porfías, discusiones o ajustes de cuentas. También llegan algunos damnificados al ser atropellados por las motos en que se practica el deporte del tirón, vecinos con pulmones asfixiados, arterias más abiertas (o más cerradas) de lo que conviene, fiebres de calendario, corazones desolados, abortos ilegales o disputas conyugales a puñalada limpia.

En un momento de paz, aparecen unos entes, con pinta de magrebíes, llevando una niña de nueve meses con calenturas y bregas. La recepcionista del sanatorio, que aprovechaba el ínterin para departir con su noviete vía móvil, vio a los presuntos infieles y, tras permitirles decir “la niña tiene…” espetó que allí no había pediatras, y que si la niña no presentaba traumatismos o heridas de navaja mejor harían en no dar la vara y llevarlo al Hospital del Mar, al lado mismo de la noctámbula y moderna zona del puerto olímpico, con exquisito diseño arquitectónico. Ello supone un recorrido de unos 3 kilómetros largos.

El padre debió de insistir, lo que provocó la salida a tercio de una enfermera que debía de estar descansando tumbada en alguna camilla recoleta, quizá en la amable compañía de uno (o los dos) médicos de guardia. La enfermera, más presta a una sesión de sadomaso con uniformes que a un acto de humanidad, recalcó la imposibilidad de la asistencia, con la excusa de que los médicos que allí estaban no eran (putos) pediatras sino residentes de cirugía, que todavía hay clases.
Se ve que los médicos también participaron en la barahunda. Item más: solicitada una ambulancia por el presunto moro, se chotearon diciendo que, como que no habían visitado a la niña, no podían llamar a una ambulancia, que este servicio solamente se presta a quienes son usuarios del dispensario, circunstancia que no se daba en este caso.


(En mi sueño, los médicos están claramente bebidos, con las batas desajustadas y los pantalones a medio subir. Pero no me hagan caso. En mis sueños las cosas son muy raras.)

Unos policías (“Mossos d’esquadra”) que acudían al dispensario con un detenido algo rajado, observaron el entuerto y quisieron interceder para que acudiera una ambulancia. Se armó la de Dios es Cristo. Los sanitarios se enrocaron, ningunearon a los “mossos” y se negaron a dar su filiación.

Aquí termina mi sueño. Los “mossos” dieron una alarma que llegó al jefe de turno de la policía, el cual acudió a Peracamps y, tras haber sido objeto de burlas al ordenar la solicitud de ambulancia, terminó llevando (en su propio coche) al matrimonio con su niña al hospital, donde el bebé estuvo ingresado durante tres días.

Resultado: denuncia por negación de asistencia y por desobediencia a la autoridad. El abogado de los profesionales sanitarios solicita (faltaría más) el sobreseimiento del caso, al apreciar que, como la niña no murió, no se trataba de algo grave y que obraron bien al negar la asistencia.
Lástima que no sea aconsejable aportar la mejor prueba de tal bondad: el (presunto) estado mental y catadura ética de los demandados convertía en un acto de filantropía la negación para hacerse cargo de la niña.


Ya hablaremos cuando se vea el caso ante un tribunal con jurado. No será un sueño.

Comentarios de Julieta y de Melibea:

Este tipo de sueños solo aparecen cuando no se tiene ni puta idea de lo que es el dispensario, de como se trabaja alli, y de lo que ocurrió esa noche....opiniones varias para lunáticos varios, como el que acaba de escribir esta historieta. Realmente creen que nuestros bien preparados y valientes mossos d'esquadra cogerian a una niña en pleno ataque convulsivo y lo meterian en su coche , haciendo ( como bien ha calculado nuestro amigo) 3km , para llevarlo al hosp. del mar? Mejor habria estado cambiar el rumbo y entrar por la "fuerza" en el "antro" peracamps y obligar a los médicos a su visita no? Lo que nadie sabe són las disputas que se habian producido minutos antes entre médicos y mossos en la visita de un detenido y que parece que no dejó a estos últimos muy contentos, y marcándose una rebancha personal decidieron liar la que se ha liado. Suerte para mis compañeros, que seguramente en el sueño descrito estaban descamiados por alguna agresió sufrida por algún paciente de los tantos que vienen por las noches agresivos y con fetor OH por contagio de los muchos alcoholicos que se visitan, drogadictos... que con muchísimo gusto són atendidos como el que mas y no como si fueran escoria!! Fdo: una trabajadora del centro de urgèncias peracamps!
Escrito por: Julieta el dia 12/05/2009
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Gracias por llamarme lunático. Que alguien que escribe tan mal como Julieta me llame así, cumple con mis expectativas. Si quiere puede añadir que soy zoófilo y que me acuesto con el oso Yogui. A mí, total, tanto me da.
Escrito por: Juan Romeu el dia 12/05/2009
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Me parece indignante que desprestigies de esta forma tan frívola a todo un colectivo del cual no tienes ni idea, dejándote llevar por tus fantasias sexuales acerca de las enfermeras, madura chico, que lo de las enfermeras con mini y cofia calentando al personal, pasó a las historia, por si no lo sabes ahora llevamos pantalones y muy bien puestos... Por tu escrito das a enteder que eres médico, déjame que lo ponga en duda...en todos los años que llevo de profesión, y muchos de ellos en peracamps, no me he topado con ningún galeno que hable así de los pacientes, así que si me aceptas un consejo, dedicate a inventar historietas que eso sí que se te da bien... PD: Te invito a que pases un ratito con nosotros y te darás cuenta de con que calidad humana contamos..los de dentro y los de fuera...
Escrito por: Melibea el dia 13/05/2009
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Denegación de Asistencia 2: El Juicio




Una comentarista, algo disortográfica y autodenominada trabajadora del “centro de urgèncias peracamps” ha tenido la amabilidad de recordarme que un suceso que yo había comentado en su momento tiene su continuación.
El caso de los presuntos trabajadores de la sanidad que, presuntamente, negaron la asistencia a una presunta niña enferma, ha llegado a los tribunales y hoy, doce de mayo de 2009, se ha iniciado el juicio.
La comentarista poco adoctrinada en ortografía y sintaxis, que responde al apelativo de Julieta, sostiene que solo alguien que no ”tiene ni puta idea de lo que es el dispensario” puede imaginar lo que allí pasó. Cada cuál es libre de sostener y creer lo que quiera, que no alteraré su libertad de opinión ni la de nadie.
Certifica Julieta que los malos de la película fueron los policías. Los “Mossos de Esquadra” catalanes son pieza fácil de cazar, a tenor de los embrollos en que suelen verse envueltos y las hipotéticas atrocidades, sadismos, gatuperios y empanadas que son aireadas por algunos de sus clientes, quizá los peor intencionados o inconformistas.
La verdad es que si, a priori, debiera arriesgar dinero por la razón de los sanitarios o la de los policías, solicitaría un ataque repentino de enajenación mental para evitar la apuesta en una mano de póquer tan saducea y conflictiva.
Es el momento de pedirme ser un lunático, tal como aventura la rústica Julieta al calificar mi caletre. Sospecho que la misma disyuntiva va a enturbiar la templanza de sus señorías a la hora de juzgar el suceso. En el periódico “20 Minutos” se ha comentado ampliamente la primera sesión de la Vista.
De momento van ganando los Mossos. Ya se verá al final, que hasta el rabo todo es toro.