martes, 20 de octubre de 2009

Un punto (o dos) de descoco

El mundo se acaba. Marge Simpson en Play Boy. Alicia Sánchez Camacho en Woman. Antes fue Soraya Sáenz de Santamaría en  El Mundo. Las ministras socialistas en Vogue... ¡Cuánta mujer casta incurriendo en innecesaria, bien que suculenta, exhibición.




No nos engañemos. Si hay que salir sensual y encantadora  han dado más juego las derechas  que las izquierdas. .Las ministras quedaron un si es no es con apariencia de frígidas. Las derechosas aportan mucho valor añadido que se adivina bajo unas poses intencionadamente desvaídas, a lo 'mujer fatal' de aquí te espero. La Camacho sugiere promesas de placeres infinitos, algo sórdidos a poco que se despoje de algunos velos.

Marge Simpson juega con ventaja. En una revista moderadamente guarrilla las reglas del juego son distintas y permiten licencias en las enseñanzas que no imagino en las políticas ibéricas.

El Sr. Rajoy criticó con crueldad  a las ministras socialistas. Calló, en cambio, con su ojito derecho Soraya Sáenz, cuyas piernas incitan a pensar en las columnas del templo esperando un Sansón. No me dirán que su mohín no refiere al que exhiben ciertas niñas viciosillas y morbosas.

Le sugiero al amigo Mariano que alabe los sensuales morritos de la elegante presidenta del PP catalán. No hable para nada de botox ni de silicona. Ya lo hizo un infausto cofrade sobre el que cayeron todas las iras del país de las maravillas. La niña Alicia ya ha amenazado con demandas si alguien insiste. No apostille tampoco la (para mí inquietante) aura de perversidad de su colaboradora más estrecha. Alto riesgo.

Si el líder gallego tiene que hablar de cosas peliagudas, o busca inspiración para tocarse, mejor recurra a la señora Simpson. Gallina (más) vieja hace (también) buen caldo.

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