jueves, 21 de mayo de 2009

Católicos pederastas irlandeses




Quienes me han seguido en mis blogs anteriores (“El Diván”, “Hablemos de sexo”, “BlogMédico”) saben que soy reincidente en mis invectivas hacia los escándalos sexuales de la iglesia Católica. Fui educado en el catolicismo y, gracias a Dios, perdí la fe por mor de las paradojas y contradicciones que me fue dado observar y sufrir por arte de mis santos preceptores hermanos maristas. Noticias como la de Irlanda, que abajo gloso, provocan mis reacciones de alerta y defensa. Siendo, como soy, muy incorrecto y malicioso, no esperen piedad ni ñoñismos. No lean este post las personas piadosas, excesivamente ingenuas, comprensivas con la pederastia eclesial.
Noticia de “El País” (21 mayo 2009): “Tras nueve años de indagaciones y más de 2.000 testimonios, una investigación ha concluido que la cúpula de la Iglesia católica irlandesa conocía el abuso "endémico" al que eran sometidos los 35.000 niños que entre los años 50 y los 80 se acogieron a sus instituciones. El actual líder eclesiástico, el cardenal Sean Brady, se ha declarado este miércoles "profundamente apenado y avergonzado por el hecho de que estos niños sufrieran de manera tan horrorosa en nuestras instituciones". El informe "documenta un vergonzoso catálogo de crueldad; el abandono, el abuso físico, sexual y emocional perpetrado contra niños", ha admitido.”
La católica Irlanda, tras su independencia en 1949 tuvo que aceptar el compromiso con la poderosa Iglesia Católica. No fue proclamada como “Iglesia de Estado”, quizá por respeto a las protestantes “Iglesia de Irlanda” y la “Iglesia presbiteriana”, derivadas del anglicanismo y muy similares al catolicismo en sus formas (salvo la aceptación del divorcio y el celibato eclesiástico). Un ejemplo: las dos “catedrales” de Dublin son protestantes. Otro: Éamon de Valera, el héroe de la independencia, también lo era, igual que Mr. Guinnes, el cervecero benefactor.
La Iglesia Católica regentó y regenta todos los hospicios de acogida para huérfanos, o niños de uno y otro sexo en riesgo de exclusión social (hijos de delincuentes por ejemplo).
De los 35000 niños y niñas acogidos en estos piadosos lugares, 2000 han demostrado haber recibido toda clase de sevicias, malos tratos y degradaciones. Incluyendo abusos sexuales.
En el informe oficial, encargado por la cúpula eclesial tras la avalancha de denuncias, se reconocen los hechos, y se acepta que la jerarquía nunca acusó a los culpables; se limitó a cambiarlos de hospicio y a echar tierra encima de los escándalos.
El informe, cuidadosamente, admite los hechos y nombra a las víctimas por su nombre. No así los verdugos, “ovejas descarriadas” cuya conducta “apena y avergüenza” al cardenal Sean Brady.
Ventajas de ser católico: la pena y la vergüenza funcionan como arrepentimiento (¿) para la confesión y limpieza de las almas. Encima de que la Iglesia no les entrega a la justicia terrena, les lava la cara del alma para que lleguen modositos cuando el juicio de Dios.
Espero (aunque tengo muy poca fe) que Dios no sea católico.

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