sábado, 23 de mayo de 2009

Mozos matachines




Puede verse la imagen de la víctima;
no la de los presuntos


Dícese "matachín" (del italiano "mataccino") de una especie de máscara carnavalesca con la que se disfrazaban hombres que, con palos, bailaban una danza burlesca dándose somantas entre sí. No era infrecuente que los espectadores recibieran algún garrotazo acaso por azar. El diccionario normativo español admite, en su segunda acepción, el uso de "matachín" como camorrista, pendenciero o matón. Detodas formas el "mataccino" italiano no dejaba de ser un bufón, i la palabra suelen emplearla los pretenciosos con un deje burlesco o ridiculizante.

Traigo esta palabra a colación tras detectar una noticia en "20 minutos" acerca del juicio penal a unos "Mossos de esquadra" barceloneses que, presuntamente por supuesto, apalizaron y vejaron a un detenido (a mayor abundamiento, detenido por error). Luego justificaron la tunda alegando la escasa colaboración del detenido así como su agresiva resistencia y, quizá, pésima educación.

Me contaba mi padre, allá en los años cuarenta, que la tradición de los primigenios "mossos", especie de somatén más o menos privado, propagó una dudosa fama tal que los facinerosos de toda laya rogaban a gritos la venida de la benemérita Guardia Civil cuando, pillados en flagrante delito, temían la llegada de los temidos agentes creados en 1721.

Los Mossos actuales, en democracia, no deben de parecerse demasiado a sus tenebrosos ancestros. Además, tienen en sus comisarías cámaras ocultas que permiten apreciar la sólida legalidad de sus hábiles interrogatorios. Bien es verdad que ellos no sabían de la existencia de estas cámaras cuando salieron a la luz sus primeros planos.

Pero no es menos cierto que, desde entonces, las deben de tapar cuidadosamente antes de interrogar (hábilmente) a dus detenidos.

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