La iglesia de Teiá
El párroco negativo, un tal Moles, adujo que la niña era algo así como un ángel y que no necesitaba comulgar. Además le dijo a la madre que lo más probable es que la niña no entendiera de qué iba la cosa y se pusiese a gritar en la iglesia.
Si Jesucristo, en lugar de predicar en Palestina lo hubiera hecho en Teià, hubiera tenido que decir: “Dejad que los niños vengan a mí, excepto si tienen el síndrome de Down. Son como ángeles pero chillan. Un fastidio, vaya”.
Suerte que el Moles está en Teiá y no en Lourdes. Allí no dejaría llevar ningún subnormal al baño ritual, no fuera que gritaren aquello de “virgencita que me quede como estoy” y causaren confusión o deslucieren el boato.
El arzobispo de Barcelona se negó a desautorizar a su párroco. Jodida la hemos. Yo creía que la iglesia la formábamos todos los fieles y que el orden sagrado no confería patente de corso para decidir si una criatura humana comulga o no.
Por esta regla de tres, ni era preciso bautizarla ni lo será enterrarla en sagrado.
Y luego se permiten criticar a quienes abortan tras una amniocentesis.
1 comentario:
"Amigo Sancho: con la iglesia hemos topado".
Si Jesucristo volviese por estos lares...se excomulgaba el solito, al primer vistazo de su santa iglesia católica apostólica romana, y no sé qué más.
¡Buenas y sonrientes tardes!
¡Feliz verano!
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